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CUANDO LAS AUTORIDADES MIRAN HACIA OTRO LADO

Las autoridades miran hacia otro lado: FAQ

 Desde la Universidad de Tres de Febrero se realizó un estudio de impacto ambiental en el Aeropuerto “El Palomar” y se le acercó los resultados al Ministerio de Transporte de la Nación pero, lejos de tomar precauciones, hicieron caso omiso a la información presentada.


La repercusión que tuvo el reclamo de los vecinos de Hurlingham y Morón por la apertura de un aeropuerto comercial en la I Brigada Aérea “El Palomar”, llevo a la Universidad de Tres de Febrero (UNTREF) a realizar un estudio de impacto ambiental en la zona para evaluar los efectos acústicos que generaba.

Las conclusiones fueron claras, la actividad realizada por los aviones durante el despegue y aterrizaje produce un nivel de contaminación sonora importante que, a medida que aumenten los vuelos diarios, pueden llegar a tener incidencia en la vida cotidiana de los habitantes de los barrios aledaños al aeropuerto, sobre todo las manzanas más próximas.

El director de la carrera de Ingeniería en Sonido de UNTREF, Alejandro Bidondo, aseguró que los valores obtenidos de la investigación fueron entregados al Ministerio de Transporte a cargo de Guillermo Dietrich, pero hasta el momento no tomaron cartas en el asunto.

“Es responsabilidad de las autoridades aplicar la información y los valores de este estudio”, afirmó Bidondo que también comentó que está trabajando en un proyecto de ley sobre Contaminación Acústica en el Ambiente para evitar situaciones como la del aeropuerto comercial, debido a la total ausencia de legislaciones en esta materia.

Y es que la preocupación de los vecinos no sólo pasa por dormir bien de noche, con el aumento gradual de los vuelos, el ruido producido por los aviones puede producir un impacto negativo en la salud de los vecinos.

Según la médica fonoaudióloga, Moira Matano, el convivir diariamente con ruidos de alrededor de 100 decibeles puede generar dolores de cabeza, cambios de ánimo, trastornos del sueño y, a largo plazo, puede llegar a tener impacto en la audición de los vecinos.

“Es un ruido molesto que perturba y puede llegar a provocar tinitus, que es el zumbido que queda cuando uno estuvo expuesto a sonidos fuertes o pérdida gradual de la audición”, concluyó la fonoaudióloga.

“Tenemos un nuevo despertador”, fueron las palabras de Leandro Marisi, vecino y parte de la Agrupación FlyBondi que explicó el malestar de vivir junto al aeropuerto, y es que hay casas que se encuentran a menos de 400 metros de la pista de “El Palomar”. 

Hasta el momento, desde el Gobierno Nacional no solo han ignorado las recomendaciones recibidas de UNTREF con Bidondo a la cabeza, sino que tampoco han dado muestras de haber realizado ningún estudio que certifique que el funcionamiento de un aeropuerto comercial low cost ubicado en la base aérea de “El Palomar” no afecta la tranquilidad, cotidianidad ni la salud de los ciudadanos.

En conclusión, quienes deberían hacerse cargo del bienestar y la preservación de los derechos de los ciudadanos, son los responsables de no se cumplan.

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